Desde nuestra empresa de limpieza de oficinas en Asturias te recomendamos que creases tus propios productos de limpieza elaborados utilizando elementos que, casi de forma habitual, todos tenemos en casa. Estos productos sirven perfectamente para realizar la limpieza diaria pero, cuando nos metemos de lleno en una limpieza a fondo, en la que se pone toda la casa pata arriba para limpiar hasta el rincón más recóndito, normalmente recurrimos a los dos productos de limpieza de mayor eficacia: el amoniaco y la lejía.

El primero de ellos, por su enorme poder desengrasante, es ideal para limpiar todo lo relacionado con la cocina: paredes, electrodomésticos, suelos, la campana… El otro, la lejía, inigualable para la desinfección, idóneo por lo tanto para limpiar a fondo los baños. Podemos decir que son los productos más utilizados en cualquier empresa de limpieza de oficinas en Asturias. Pero siempre por separado.

Nunca caigas en la tentación de mezclar lejía y amoniaco. Reaccionan químicamente liberando gas de cloro, un producto muy peligroso que fue utilizado como arma letal en la II Guerra Mundial. Aspirar unas bocanadas de este gas provoca dolor de cabeza, tos, irritación en la garganta y picor de ojos, pero una exposición algo más larga puede provocar la muerte. Lo aconsejable sería que, incluso al guardarlos, lo hicieras en lugares diferentes bien separados para evitar riesgos.

Una de las primeras cosas que aprendemos en los cursos de formación que recibimos al entrar a formar parte de la plantilla de Limpiezas Alfama, S.L. es a mantener alejados estos dos excelentes productos de limpieza.